Saturday, July 21, 2007

La Muerte

Amada esposa mía,
fuiste el amor de mi vida.
Aún te llevo a mi lado
y no puedo dejar de quererte.
Mis ojos se llenan de rocío
esperando tu volver,
cada noche que contemplo,
el infierno de vivir,
en esta tierra ... solitario.

Ya pasaron muchos años
desde mi última despedida,
aquella noche terrible
en que tu alma dejaba,
ése, tu cuerpo,
que tanto amé.

Tus cabellos negro azabache
crujieron entre mis dedos.
El brillo y la luz
de tus verdes ojos,
se tiñeron de un pálido trasparente,
que me mostró,
por primera y única vez,
el horror de contemplar...
tu muerte.

Rafael Casco

Friday, July 06, 2007

"Ciruelo" y "Tres pasos", poesías


Ciruelo

Hasta el calor generado
en la oxidada salamandra
se asociaba a la muerte.

Ardían los leños del ciruelo.
Debió cargar éste con la culpa
por soportar la tensión de la cuerda.

Por ser instrumento del suicida
fue desterrado del suelo
en un intento
de arrancar desde raíz
la vergüenza.

¿Quién querría ya comer
sus frutos de amargo sabor?
¿Quién habrá conservado
secretamente la cuerda?

Alejandro Montini.


Tres pasos

Sólo tres metros
apenas tres pasos
y se repite la rutina.

Siempre la misma luz
el mismo aire
y la misma oscuridad
por la noche.

tres pasos
y se magnifican
los hierros verticales.
Sin tocarlos se presiente
el metálico frío.

Un cubo en el que
sus lados son múltiplo de tres.
Un pequeño mundo
en el que es conveniente creer
que está sostenido por cuatro tortugas
y que más allá de sus límites
existen enormes bestias
acechando con sus monstruosas fauces
a cualquier hombre que asome su cuerpo.

Sólo tres pasos
y la vuelta a la pared de sucio blanco.
Un sueño recurrente
y dentro de él tengo otro sueño
en el que existe otro cubo lejano
otro mundo de tres pasos
en el que podría ser libre.

Alejandro Montini.

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